miércoles, 12 de diciembre de 2012

Ingrata Homeostasis




En segundo año de la facultad (medicina) se cursa una materia, fisiología, que supuestamente es la que te define el "alcoyana - alcoyana" entre tu vocación y la elección. Como era de esperar, una vez más, sono la pecora nera. Anyway, otro tema: En un momento de la cursada te introducen con total normalidad el término HOMEOSTASIS: ...Características de un organismo vivo para regular las funciones que existen dentro de él para mantener una condición estable y constante... y acá comienza el magnífico delirio fisiológico del medio interno y todos los mecanismos metabólicos y nerviosos de autorregulación.
Si lo pensamos bien, si por un instante paramos la pelota y miramos la cancha: vivimos aceitando los engranajes para mantener esa condición estable y constante. Y es tanta la ambición por eso que si no lo logramos, lo imaginamos y lo transformamos en realidad. Muchas veces nos escondemos bajo el manto de piedad ajena, lugarcito tipo Bomba que en algún momento estalla, pero calentito. Algo así como taparse los ojos con dos granadas o lobotomizarse con la contención ajena. Un día se prende una chispa, detona lo que hay debajo del paraguas y pum... empapado! (o ya venías mojado¡?) 
Olbinski
Qué es realidad? qué es sueño? De qué lado querés estar? Sale el sol? CLARO QUE SALE!!! pero solito. Y calienta el flanco derecho. Y calienta el flanco izquierdo. Y calienta por delante y calienta el lomo. Y una tímida pérdida llena todo ese espacio de un ¿próspero? futuro.
Entonces pierde el sentido valorarse a través de la mirada del otro. A algunos nos toca aprender a querernos y resignificarnos de grandes, y parte de eso es una suerte de onanismo de la personalidad, sin recaer en la frotación del ego, es algo distinto. Es quererte por lo que sos: ... "el hombre es él y sus circunstancias"... pero si observamos bien, casi siempre somos electores y creadores de esas circunstancias.
  Llega un momento que la mirada del otro ya no pasa por el plano de aprobación o no. Si coincidimos, copado! si no, procuremos usar vaselina. Es un golazo el instante mismo del mimo coincidente: ...Sí, me gusta lo que hacés  y cómo lo hacés... (olvídense de hacer bailar los ratones porque es una frase carente de erotismo). Pero si el otro no es coincidente, "es" simplemente "es". y ahí está. Eso no debiera tener relación alguna con el tembleque de la homeostasis.
El tembleque y la desesperación de la homeostasis más vale reservalo para cuando abras los ojos y digas: ...Pucha, el lapacho está florecido, el mimo aún en la piel, la neurona encontró sinapsis, el mate y tu gemela cebados; el alboroto de una tarde en el Tigre, en la calle y en tu pecho... y, sin embargo, sigo buscando moneditas en la cartera para tomarme el colectivo...


    Amor vendimia
      Sobre cartas de amor.

      Las circunstancias / tiempo en carne viva /
      Ponen a nuestro alcance pena y goces
      Pero
      Más de una vez nos llevan a remolque

      Amor es más que un juego o un diluvio
      Es el cuerpo y el alma a la intemperie
      Pero
      Si se va la lujuria ya no vuelve

      El trabajo es un bálsamo / un compás /
      Gracias a él lidiamos con las horas
      Pero
      Hay un ocio final que no perdona

      La vida puede ser un vendaval
      Que sacude mis sueños y tus duendes
      Pero
      La vida tiene obligación de muerte.
                                                              (Mario Benedetti)

martes, 4 de diciembre de 2012

Que valga la diferencia diría Adán


Cuántas veces se hace el amor sin hacerlo, y cuántas para hacerlo no hay que hacer nada!?

  Cometí el exceso de reducir mi marcha y escuchar lo que él le decía a viva hormona. 
Y vos, tonta, no lo calles! Dejalo ser aunque lime tu timidez.
Moría porque ella se hiciera cargo!
Y Tigre explotaba en maderas, en tilos, en río, en la ilusión de algún niño o en la herida, quién sabe, de un corazón que pasaba por ahí y sin querer lo escuchó hablándole.

Rafal Olbinski
Que el poder de una mujer pueda desatar las más estrepitosas tormentas, mezcla de vuelo mental y literal sexo desenfrenado, no es novedad. Sagaz Arma de la cual muchas, ya enteradas, hacen uso y abuso; violento credo de adolescentes y tímida flor que se regala al más escondido y tímido amante. Baluarte de la más exultante mujerzuela o de la más recóndita e hipócrita Señora. Nos guste o no, todo ha de gestarse por ahí, entre dos piernas, en la punta de una lengua, al pie de una oreja o con el “no te toco” de la yema de los dedos.
Y creo que a los treinta y pico la mujer florece en su máxima esencia y comprende visceralemente todo esto. Y lo valora, y lo saca, y lo guarda, y lo vuelve a sacar… Porque de eso va la vida. Tan sólo detenerse a mirar el pistilo de una flor, su ciclo…

Queda claro que lo arriba escrito es de mi autoría, suave; aún un poco avergonzada. Entonces, recuerdo una gran amiga poeta que, con mayor experiencia, audacia y superioridad literaria, escribió desde sus entrañas cosas de por demás bellas y que coinciden en nuestro amor por el Tigre y su Delta. Vale la pena que les regale alguna de sus poesías y también destacar que es ganadora de grandes premios. Todo mi admiración para esta mujer que desborda sensualidad y le rompe el cráneo a  cualquier hombre.


Sonia Del Papa Ferraro
Arrullo de casuarinas sobre el río

me lleva hacia el ocaso. 

Mi garganta se funde con el viento,

y es un canto mi voz que se libera.



Hay un temblor de la noche, 

un vaticinio.

Un silencio de lluvia hay en la casa.

Se dejan oír esas gotas, 

la nostalgia de cristales quebrados.



El cielo y la tormenta 

se juntan esta noche para amarse.

Duerme la isla.

Mi guitarra y mi voz se han apagado.


Viaje

No nos invaden ya los naufragios.

En este vendaval que inventa y que perfora

hemos creado alas resistentes,

para elevar los ojos como las flechas del campo.

Los duelos aun no se terminan

en este lecho de boca, piel humedad,

de nuevo piel, boca 

beso, humedad y roce.

Gira el mundo sobre un ocaso

que reanuda todas las auroras,

las desgrana en miles de rompientes, 

en velámenes cansados,

rutinas trepanadas de distancia.

Demoler órdenes, 

la luz de la madrugada, 

si fuimos o no fuimos,

la curva de mi cadera

y a contraluz , mi espalda.







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