Cuántas veces se hace el amor sin hacerlo, y cuántas para
hacerlo no hay que hacer nada!?
Cometí el exceso de
reducir mi marcha y escuchar lo que él le decía a viva hormona.
Y vos, tonta,
no lo calles! Dejalo ser aunque lime tu timidez.
Moría porque ella se hiciera cargo!
Y Tigre explotaba en maderas, en tilos, en río, en la
ilusión de algún niño o en la herida, quién sabe, de un corazón que
pasaba por ahí y sin querer lo escuchó hablándole.
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Rafal Olbinski |
Que el poder de una mujer pueda desatar las más estrepitosas
tormentas, mezcla de vuelo mental y literal sexo desenfrenado, no es novedad. Sagaz
Arma de la cual muchas, ya enteradas, hacen uso y abuso; violento credo de
adolescentes y tímida flor que se regala al más escondido y tímido amante. Baluarte
de la más exultante mujerzuela o de la más recóndita e hipócrita Señora. Nos
guste o no, todo ha de gestarse por ahí, entre dos piernas, en la punta de una
lengua, al pie de una oreja o con el “no te toco” de la yema de los dedos.
Y creo que a los treinta y pico la mujer florece en su máxima
esencia y comprende visceralemente todo esto. Y lo valora, y lo saca, y lo
guarda, y lo vuelve a sacar… Porque de eso va la vida. Tan sólo detenerse a
mirar el pistilo de una flor, su ciclo…
Queda claro que lo arriba escrito es de mi autoría, suave; aún
un poco avergonzada. Entonces, recuerdo una gran amiga poeta que, con mayor
experiencia, audacia y superioridad literaria, escribió desde sus entrañas
cosas de por demás bellas y que coinciden en nuestro amor por el Tigre y su Delta.
Vale la pena que les regale alguna de sus poesías y también destacar que es
ganadora de grandes premios. Todo mi admiración para esta mujer que desborda
sensualidad y le rompe el cráneo a
cualquier hombre.
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Sonia Del Papa Ferraro |
Arrullo de
casuarinas sobre el río
me lleva hacia el ocaso.
Mi garganta se funde con el viento,
y es un canto mi voz que se libera.
Hay un temblor de la noche,
un vaticinio.
Un silencio de lluvia hay en la casa.
Se dejan oír esas gotas,
la nostalgia de cristales quebrados.
El cielo y la tormenta
se juntan esta noche para amarse.
Duerme la isla.
Mi guitarra y mi voz se han apagado.
Viaje
No nos invaden ya los naufragios.
En este vendaval que inventa y que perfora
hemos creado alas resistentes,
para elevar los ojos como las flechas del campo.
Los duelos aun no se terminan
en este lecho de boca, piel humedad,
de nuevo piel, boca
beso, humedad y roce.
Gira el mundo sobre un ocaso
que reanuda todas las auroras,
las desgrana en miles de rompientes,
en velámenes cansados,
rutinas trepanadas de distancia.
Demoler órdenes,
la luz de la madrugada,
si fuimos o no fuimos,
la curva de mi cadera
y a contraluz , mi espalda.
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1 comentarios:
Ay querida Amiga.... No sé si merezco tanto....Y yo que pensé que lo que tenia quue leer en este blog, y ya era Todo para mí, es esa dulzura poética encubierta que escribiste y dice:" Y Tigre explotaba en maderas, en tilos, en río, en la ilusión de algún niño o en la herida, quién sabe, de un corazón que pasaba por ahí y sin querer lo escuchó hablándole." (quér hermoso....!!!!!!!!!) pero aquí encontré publicadas mis tormentas, mis ocasos, mis rompientes, mis auroras y también mis lluvias, todo el amor del Tigre flotando entre mi pelo, como una mujer, abrazando al rio. Gracias Abril, vos sos la talentosa leona, llena de magia y ojos llenos de sueños, y gracias a Dios sos mi amiga!!!!
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