Hay días en
que te sentís una mierda básicamente. Básicamente de base (no de simple), de la
posición o sentimiento de la que se
parte hacia cualquier idea. Es decir, sos un sorete de amiga, de hermano, de
familia, de pareja, de todo (básicamente). Como una especie de animal culpógeno
que brota angustiamente por los ojos; y te mirás al espejo y estás lleno de
arrugas. Pero sos vos y el espejo, nadie más, no hay quien dore la píldora
llenándote de subjetividades complacientes. Sos CRUELMENTE UN SOR ETE. Estás
como un nervio sin vaina (léase desmielinizado) y lo que sea va a calar hondo y
va a doler álgidamente; pero no hay tratamiento de conducto que exista ni
espejo que mienta. Será que esos días se te despierta el demonio que knockea al
enano bueno que le dá sombra a ese puta bestia. No tenés sombra, sos todo un
monstruo.
Así es... EL JUEGO EN QUE ANDAMOS!
Así es... EL JUEGO EN QUE ANDAMOS!
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